martes, 19 de agosto de 2008

Globalización


19 agosto
GLOBALIZACIÓN

La globalización es un proceso multidimensional, no sólo económico, donde una de sus expresiones más importantes es el desarrollo de mercados interdependientes gracias al uso de nuevas tecnologías de información y comunicación. La globalización no es un fenómeno nuevo, al contrario, se remonta a los orígenes de las sociedades mediante las comunicaciones comerciales entre distintos pueblos. Su historia es también la historia de la humanidad, y como toda historia los énfasis estarán puestos en distintos puntos según quien la cuente.

Personalmente pienso que como todo fenómeno, la globalización presenta ventajas y desventajas. Sin embargo, lo que yo llame virtudes o defectos se presentan bajo mi prisma individual, por lo que lo más probable es que existan divergencias con el lector. No obstante, mi pretensión es precisamente mostrar mi opinión subjetiva. Dentro de las ventajas de la globalización mencionaré el desarrollo de las comunicaciones y la tecnología, las facilidades en el comercio y la difusión de la cultura. En cuanto a las desventajas quiero destacar la producción de inequidades entre los países, los costos sociales y los costos ambientales.

Nadie duda de que el desarrollo tecnológico de los últimos tiempos ha sido impresionante. La globalización produce un mayor desarrollo científico-técnico al permitir una mayor cooperación y difusión de conocimientos entre los países. Pero la tecnología está inmersa en el contexto social en el cual se desarrolla y es inseparable de él. Es la sociedad, según sus propias necesidades, la que va moldeando los avances tecnológicos y no la tecnología la que encabeza los cambios. Es fundamental que las personas interioricen este concepto para evitar caer en la exaltación de las características positivas o negativas que tiene la tecnología, y que lleva a tratarla no como un medio, sino como un fin en sí misma. Tecnología no siempre es sinónimo de progreso y felicidad así como tampoco de inmoralidad y destrucción de la cultura.

Por su parte, la transformación de las comunicaciones que ha posibilitado la globalización en cuanto a la obtención de información instantánea y el almacenamiento y traspaso de datos, favorece la creación de nuevos servicios que permiten mejorar la calidad de vida de muchas personas. Sin embargo, es necesario que junto con estos avances exista un desarrollo en las conciencias de lo individuos, un fortalecimiento de la ética y una visión crítica ante el cúmulo de información que se recibe.

Una de las características más destacadas del proceso de globalización es el beneficio en la economía y los mercados globales. La apertura de las fronteras al comercio mediante tratados y rebajas en los aranceles facilita el comercio internacional, permite que cada país se dedique a producir aquello para lo cual tiene mayores facilidades (ya que puede obtener lo demás desde los otros países) y produce una reducción de costos importante. El aumento de las exportaciones incrementa la riqueza del país y junto a las importaciones logran mayores comodidades para los consumidores. Otra ventaja es la entrada de capital de inversión a los países subdesarrollados con la creación de fuentes laborales y crecimiento económico. Pero a pesar de lo bonito que suena cada uno de los tópicos antes mencionados, es imprescindible que se eche un vistazo a los indicadores que estamos utilizando en la evaluación de los beneficios de la globalización. La comparación por producto interno bruto per cápita, por ejemplo, no siempre indica que la situación de la población de un país sea mejor que la de otro.

La globalización también permite un acceso universal a la cultura y a la ciencia. Multiplica las posibilidades de acceso al conocimiento, a la información y a otras perspectivas de la vida. Los potenciales intercambios culturales que pueden darse en una era tan interconectada, donde ya no es necesario moverse de su casa para mantener conversaciones con personas de cualquier parte del mundo, leer infinidad de libros, ver todo tipo de películas o escuchar diferentes etilos de música, son fuente de un avance mundial exponencial en la difusión de la cultura. Por supuesto, mientras exista el equilibrio necesario para avanzar en conjunto y sin el predominio de una cultura particular que monopolice esta expansión.

En cuanto a las desventajas lo primero que quiero destacar es el rol de la globalización en la producción de inequidades. Existe un aumento de los desequilibrios económicos y sociales y una concentración de la riqueza. Los países entran en una competencia desigual, obligados por el modelo económico imperante, y en la cual los países ricos se llevan los mayores beneficios. Si bien existe inversión de capitales y desarrollo de nuevas fuentes laborales en los países subdesarrollados gracias a la llegada de empresas transnacionales, la realidad es que la mayoría de ellas son atraídas por la posibilidad de captar mano de obra más barata en una región con pocas o nulas regulaciones laborales. Esta situación generará mayores utilidades para la empresa al disminuir sus costos de producción, pero está lejos de aportar a una mejoría en la distribución de los ingresos necesaria para superar la pobreza. Si bien es cierto, en una economía de mercado, no es función de la empresa preocuparse por las falla de éste, no es menos cierto que el sistema capitalista se basa en la no intervención del estado. La libre competencia debe producirse entre sectores con poderes económicos similares y no convertirse en una lucha de David contra Goliat.

Los costos sociales que pueden atribuirse a la globalización son muchos. Las desigualdades y la exclusión son el caldo de cultivo para el conflicto social y la generación de violencia. La tendencia a la homogenización de la cultura, más que permitir la libre expresión tiende a la “americanización” con sus particulares ideas sobre la publicidad y el consumo, suprimiendo las realidades culturales de menor poder. Existe una amenaza a la diversidad biológica y cultural. En el ámbito de la salud, la apertura indiscriminada de las fronteras posibilita la aparición de pandemias y enfermedades emergentes y re-emergentes. Pero sobretodo quiero destacar las implicancias de la globalización en la Gobernanza debido a la falta de control que tiene el estado sobre los mercados y las empresas multinacionales. Una buena Gobernanza reside en la formulación y aplicación de políticas públicas más eficientes para lograr las metas definidas por la sociedad civil y las instituciones en conjunto. Durante la época de mayor auge de la globalización, se pregonaba al mercado como el eje regulador de las políticas nacionales con la nula intervención del Estado. Esto hacía inferir de inmediato que serían las grandes empresas transnacionales, dueñas del poderío económico, las que manejarían a su antojo el planeta. Afortunadamente, ya muchos se han dado cuenta de que el Estado debe estar presente y con fuerza de manera de mantener los equilibrios necesarios para la justicia social.

Finalmente quiero referirme a los costos ambientales de la globalización. Los países desarrollados han basado su industrialización en la degradación y destrucción del ambiente y los recursos naturales. Actualmente, la importancia que se le da a la protección del entorno, ha posibilitado la aparición de legislaciones ambientales orientadas al desarrollo de productos de calidad con el menor impacto ambiental posible. Lamentablemente esta situación es fuente de mayores inequidades ya que los nuevos estándares sólo pueden ser cumplidos si se trabaja con tecnología de punta, situación que está vedada para los países subdesarrollados y por lo tanto genera la consolidación de grandes monopolios industriales. Por otra parte, muchas empresas continúan dañando el medio ambiente, al trasladarse a los países subdesarrollados en busca de escasa legislación ambiental.

Como puede observarse, hay mucho a que referirse en cuanto a la globalización. Cada uno de los puntos tratados serviría para desarrollar un ensayo por sí mismo. Sin embargo, este pequeño análisis me deja con una sensación de mayor tranquilidad, no porque haya encontrado la respuesta a mis inquietudes, sino porque me doy cuenta que los puntos de vista son infinitos, que todavía hay mucho que pensar, que es difícil buscar la perspectiva si nos encontramos en el medio del proceso, y que finalmente, yo no estaba tan equivocada.